martes, 20 de julio de 2010

Ala, leyendo las cartas pasadas, perdón, en serio.
En serio.
Qué bueno que ahora seamos amigos, a pesar de todo.

Y ala, a veces me siento mal porque cuando te veo me dan ganas de echarme en tu hombro pero no puedo porque nosotros no somos solo amigos.
Es decir, lo somos. Pero esa línea es demasiado fácil de cruzar, yo no lo haré y no quiero darte motivos para que lo hagas. No quiero volver a hacerte daño.

Aún así, sostienes mi cabeza y la pones en tu hombro.
Y no la muevo porque ahí está perfecta.

Supongo que como quisimos estar así durante tanto tiempo y nunca nos dejé, ahora simplemente no nos quejamos y aceptamos la simpleza del hecho: somos amigos.
Amigos que pueden apoyarse en el hombro del otro y hablar de Harry Potter y demás libros.
Sí, siempre te querré.
Y me encanta ir a visitarte y hablar sobre todo.
Me encanta.
Sin embargo, hay ganas que tengo que contener.
Qué inapropiado de mi parte pensarlo inclusive.
Completamente inapropiado.
Como dije, son deseos embotellados.
Aprovechan para salir cuando te tengo cerca.
Sin querer involucrar más los sentimientos.
Pero no los puedo dejar salir, no quiero comprometer tus sentimientos.

Todo está bien así, como es ahora.
Visitas de vez en cuando, conversaciones agradables, felicidad.
Todo está bien así.

No hay comentarios: