domingo, 27 de febrero de 2022

💔

Nunca pensé en escribirte aquí porque por cinco años pude voltear y decirte todo lo que pensaba.

Cinco años, tres meses y 24 días.

Sé que cuando terminamos me dijiste que no lo cuente de esa manera, que no me enfoque en los números, pero así es mi cerebro. 

Y sé que te puedo escribir aquí porque no lo vas a leer. Porque en todos los años que estuvimos juntas, esta parte de mí no te daba curiosidad. Y es válido, supongo. Pero siempre me hizo sentir que no me querías conocer lo suficiente. Quizás solo no era tu manera de querer, solo me parecía raro que pudiendo saber más de mí, no te interesara hacerlo.

En fin, aquí estamos.

Te pedí no hablar más porque quería superarte. La verdad es que todavía me imagino contigo en mi cabeza. Todavía eres la imagen en el futuro. Pero ya pasaron 8 meses y eso hermoso que tuvimos acabó hace mucho tiempo. Ya no eres mi futuro. Y hablarte todos los días, aunque fuera mandar un meme, hacía imposible que deje de imaginarme contigo. Porque apenas te hablo, te amo. No puedo hablarte y reírme sin querer estar contigo. En verdad pensé que nos íbamos a casar, en verdad estaba dispuesta y feliz por la posibilidad de darte mis siguientes 70 años (sí, quiero llegar a los 100). En verdad, en mi cabeza, la siguiente vez que estuviera soltera sería cuando fuera viuda. Nunca se me ocurrió que terminaría. Mi amor por ti es profundo, incondicional, y all encompassing. Y ya no sirve, lol. 

¿Cómo superas ese amor? Si ya había decidido que tú eras el amor de mi vida, y lo fuiste todos los días por más de 5 años. Sé que los últimos meses fueron bajos. Bajos según nuestro estándar. Pero yo pensaba ¿qué son unos meses malos, qué son seis meses malos, dentro de 60 años de relación? No son nada. Son completamente superables. Entonces para mí, esa crisis de relación, era algo solucionable si trabajábamos en eso juntas.

Pero tu amor no era tan fuerte.

No era el amor que yo pensé que era. 

Yo nunca te habría dejado en una crisis. Porque SÉ quién eres. Sabía quién era la persona que estaba a mi lado y pensaba que incluso si te perdías un poco, seguías siendo tú. Y esa es la persona que amaba.

Pero tú no, tú me viste y decidiste que no querías más, que estabas de acuerdo con perderme, con pasar tu vida sin mí, con separarnos y dejarlo ahí. Ponerle un fin definitivo. Viste esa opción y estuviste de acuerdo con eso, con perdernos para siempre. Y la elegiste. 

Tu amor no era el amor que pensé que era, pero debí saberlo antes.

Releí la carta que escribiste por nuestro primer aniversario y pusiste que nuestra relación era tan fácil y natural que podrías estar conmigo por cien años más. Eso no era una buena señal. Porque no siempre iba a ser fácil y natural, aunque lo haya sido por 4 años. Eventualmente encontraríamos un problema, ¡quién diría que vendría una pandemia! Y ahí tendríamos que probar realmente la voluntad de estar juntas. En otra ocasión dijiste que no creías en para siempre, que creías en mientras funcionara. Y apenas dejó de funcionar perfectamente, te fuiste. Solo que demoró 5 años llegar ahí. 

Yo no soy así. Yo sí creo en “en las buenas y en las malas”. 

No era el amor que pensé que era. No era fuerte. Era conveniente. 

Sé que si yo soy capaz de dar ese amor, debe haber otra persona capaz de dar lo mismo. Alguien que no se va a olvidar de mí y de lo afortunadx que es de estar conmigo. Tú te olvidaste y me desechaste. Y yo no soy desechable. Soy muy valiosa. Y merecía más que eso. Merecía a alguien que vea que no está funcionando algo y que quiera encontrar el problema y arreglarlo conmigo. No alguien que diga “ya fue” así, sin más. 

Te escribo porque no te puedo hablar. Desarrollé este amor profundo y no puedo entregarlo. Lo único que hago es dejarlo atrás. Sé que va a seguir ahí, pero puede mutar con el tiempo. 

No quiero decir que sigo enamorada de ti, porque lo bonito murió hace ocho meses. Solo sigue habiendo mucho amor sin casa. Y no quiero dárselo a otra persona aún. Me lo doy a mí. 

Me reconstruyo después de perder lo que pensé que tendría hasta el final.

En mi cabeza era algo bueno poder pasar la vida contigo. No me asustaba no estar con nadie más. No me asustaba la idea de que seas siempre tú, de cambiar y crecer contigo hasta el final. No sentía que me perdía de algo por haberlo encontrado a los 23 años. Sentía que era un privilegio.

En fin, no lo valoraste. No era lo que querías. Para ti no se sentía así.

Y ya, ya está hecho. 

Arruinado hace ocho meses. 

Todavía me imagino a tu lado, pero luego recuerdo que está arruinado. Que decidiste que ese sueño no era lo que querías, y acabaste con eso. 

Solo quería poder decirte todo esto.

Obvio me va a ser difícil soltar, pensaba que era para siempre, y lo construí para siempre. En mi corazón, era para siempre. Entonces existe este amor profundo sin propósito.

¿Cómo puedes cortar un para siempre? En esas ando.

No era un amor fuerte.

El mío lo era.

Pero esto no era.

No era.