En un día normal, voltearía a decirte y mostrarte mi trabajo.
Te diría que no puedo creer que vivo de esto, que confían en mí, y lo orgullosa que me siento de hacer esto.
Pero hace más de un año no existen los días normales.
Se quedaron en el 2019. Creo que ni llegaron al 2020.
Extraño poder contarte estas cosas secretas. Darte los detalles de algo que no puedo revelar al mundo aún. Que te emociones conmigo.
Apenas cerré este contrato quise decirte.
Quise que estés feliz por mí. Y sobre todo, quise compartir contigo.
Extraño mucho eso. Que te alegres por mí. Que pensemos en nuestro futuro.
Te habría dicho que cada vez estoy más cerca de comprarte un carro y el camino no se ve como lo imaginábamos pero te prometí que lo haría y quise hacerlo hasta el final.
Ya nada de eso significa nada.
Solo lo escribo aquí porque ya no tiene sentido decírtelo.
Ya no tiene sitio en el mundo real.
