miércoles, 7 de marzo de 2012

Extremely close & incredibly loud

En verdad esperaba llegar a escribirte millones de cosas pero me acaban de decir algo que, de nuevo, me distrae de eso.

Realmente no te extraño dentro de mi vida, no era eso lo que me dolía cuando moriste. Lo que me dolía y sabía que extrañaría era tu papel en la vida de mis primas. Un papel silente, que no afectaba mi vida a 5000km de distancia pero me tenía en paz saber que estabas ahí, que eran una familia, que te levantabas todos los días a pelear y mantener ese hogar en orden. Lo que me duele es saber el hueco que quedó.

Lo único que podía pensar era que espero que Male nunca vea esa película porque imagino cómo le dolería verla. Pero sé que no puedo protegerla del mundo. Nisiquiera un poco. Me he alienado completamente de su vida porque me siento tan inútil lejos que prefiero simplemente no decir nada. Es cobarde de mi parte.

Me he alienado de mucha gente, porque desde que te fuiste me fue más difícil tolerarlo. Hoy, al ver la película, sabía que Eduardo y mi mamá no pensaban en ti. Y cuando salimos, dijeron que pensaron en Gonzalo como el niño. Y yo no dejaba de pensar en ti y en lo mucho que faltabas y en cómo traté de aferrarme a tu existencia. Recuerdo usar tu ropa y guardar ese kleenex que estaba en el bolsillo de tu saco y llorar cuando Rosa lo botó porque pensó que era solo un papel viejo. Para mí ese papel viejo eras tú, quizás alguna vez secó tus lágrimas.
Recuerdo lo mucho que traté de prolongar tu recuerdo, de aferrarme a todo lo tuyo.

Y sin darme cuenta lo dejé ir.

Y pienso en ti todos los días aunque rara vez duele como hoy. A veces me pongo de mal humor al pensar en lo injusto que puede ser el cáncer, al pasar por Neoplásicas, al mencionarte, pero no es algo que dure.
A veces te recuerdo y me pongo triste un ratito. 
A veces pienso en lo genial que eras.

Sé que en mi vida eras una sombra. Eras una persona que cumplía un rol lejos, que compartí contigo en las circunstancias que odio, cuando estabas enferma y te veías obligada a estar aquí. Sé que tuve el privilegio de verte en acción en tu casa por un mes, cosa que nadie más de esta familia pudo ver y por lo cual me afectó de una manera diferente. Yo fui tu familia por un mes, ustedes cuatro y yo, nosotros cinco.
Te vi desempeñarte, fui una espectadora de su dinámica y por eso me duele saber que la perdieron. Lo peor fue saber que se iba una esposa y una madre.

Aún a veces me siento culpable por tener a mi mamá viva. Mucho.
A veces siento eso al ver a otras mamás.
Y a veces nisiqueira quiero a mi mamá y me siento peor porque ellas no te tienen a ti, nunca más.
Y sí, he alienado a mi mamá y parcialmente porque siento culpa de que esté viva. 
Y porque me fastidia cómo reaccionó al respecto y a veces la siento tan insensible al hablar de ti y de tus hijas.
A veces la siento tan frívola al hablar de las cosas que no puedo soportarla. 

Y yo tampoco quiero pensar en eso.
En dos semanas son dos años.
Dos años, parece tan lejano. Y no. Dos años para mí después de algo triste pero que no tiene mayor impacto en mi vida, mientras a 5000km son dos años de lucha por no desmoronarse. Y debo decir que lo hacen bastante bien.

De cualquier forma, son casi dos años y de alguna manera aprendimos a vivir sin ti, por obligación. El verdadero orgullo es para quienes te perdieron como parte fundamental, en verdad es admirable lo que hacen.
Casi dos años y para mí sigues por aquí, recuerdo claramente tu voz y podrías seguir haciendo tu vidaa como siempre la hiciste, lejos. Casi nunca recibiendo noticias de ti. Pero ahora literalmente no recibo nada de ti, nisiquiera qué tal el cielo. 
Nisiquiera nada.

A veces todavía no puedo creerlo.
Las otras veces simplemente no estoy pensando en eso.