domingo, 18 de abril de 2010

29 días

4 semanas y un día.
Aún no me acostumbro, pienso en ti y en Miami.
Pienso en lo difícil que debe ser llegar a la casa y ver tu carro.

Recuerdo cuando me despertaba tardísimo, me servías el desayuno, conversábamos, salíamos a comprar y luego íbamos al colegio a recoger a mis primas. Fue mi rutina y un mes y quise que fuera mi rutina para toda la vida. Me sentía más en casa que en mi propia casa.
Como que esa debía ser mi familia.

No me quería ir y apenas me fui quería volver.

Ayer lloré mientras estaba en un parque comiendo con mis papás. Se dieron cuenta de que era por ti.
Se cumplían 4 semanas y de algún modo para mí nunca comenzaron. Aún no te has ido y quizás nunca lo harás.
Recuerdo tu voz y tus expresiones, nunca quiero olvidar eso.


Hoy estaba en la casa de abuela, lavando los platos, cuando a mis espaldas mi abuela y mis papás hablaban de tu familia:
"Male y Melli quieren venir a vivir a Perú, dicen que su casa suena muy vacía y extrañan el ruido de acá, a sus primos...
Pepe me dijo que Male sale del colegio ilusionada, como esperando ver a su mamá en el carro porque siempre la iba a recoger, pero lo ve a él y se pone a llorar descontroladamente, todos los días..."
Yo también me puse a llorar, me la imagino.

Recuerdo exactamente el camino de tu casa al colegio, cómo llegabas 15min antes de la salida porque sino habían demasiados carros y no podíamos estacionar (recuerdo que cuando fuimos al Zoo las dejamos esperando como media hora jaja). Ñiii.

Me encantaba cada momento contigo.
Entiendo que te extrañen tanto y en esos momentitos que tomábamos por sentado.
Esos detallitos.
Ese "te compro otra leche porque no te gusta la leche de Miami", ese "como vienen tus amigas les compro pizzas", esos detalles de una madre.
Ese tú.


Te extraño mucho y ellas más.
Y nunca te irás de verdad, aún te siento aquí, conmigo, con ellas.

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