jueves, 17 de junio de 2010



Por supuesto que sí.
No sé por qué comienzo diciendo eso.

Llegó mi papi de la casa de mi abuela y me dijo: "Te manda esto", era una foto nuestra del día después de mi prom, y la pulsera de tu misa.

Juzgando a la foto como las suelo juzgar, no me gusta. Salgo mal, tiene mala iluminación, tengo cara de medio incómoda y es un mal ángulo.
Pero sí, es nuestra última foto juntas, porque justo cuando viniste se malogró mi cámara.
Entonces cogí la foto, derramé un par de lágrimas sin sentir pena ni nada, solo cayeron, la vi un rato y la puse en mi álbum de fotos. Ese que me regalaste por Navidad en 2008 para que pudiera poner las fotos de mi último año de secundaria, cosa que nunca hice porque nunca las imprimí.
Bueno, una foto al álbum.
Tendré que imprimir más.

Fotos, fotos.
Encontré las fotos de mi cumple del año pasado.
Hace 350 días exactos.
Hay unas tuyas, con toda la familia, otras llegando a mi casa y otras firmando el papelógrafo.
Cuando vi esa tuve que buscarlo, necesitaba saber qué decía, una de las últimas cosas que me escribiste, sino la última y única, no éramos de escribirnos. Lo encontré y era algo como "Pásala lindo, te quiero", no sé, me gustó leerlo aunque no era la dedicatoria de la vida jaja pero ya sabes, yo inconforme.

Mi cuarto está lleno de cosas que me diste. Tengo polos, tus blusas, 2 que me diste y 3 que me dio mi abuela, los 3 cuadernos para zurda que me trajiste, los cuadros, el álbum, las mil libretas que me trajiste a lo largo de mi vida, el cuadernito de "Green is Groovy", te encantaba traerme cosas relacionadas con el calentamiento global, ya lo sabes, me conoces, nadie más se preocupaba por comprarme cosas así, sólo tú, el bolso de material reciclado que dice "Peace"... nadie como tú.

Nadie, nadie, que sea así de detallista como tú.
Nadie que sepa exactamente qué darme y nunca fallar.
Nisiquiera mi mamá acierta con esas cosas.

Este se ha vuelto como el blog a ti, rara vez le escribo a otra persona.
No sé si alguien lo siga leyendo, fácil deprime.
La primera carta la hice cuando aún vivías.
Y ya van más de 20 después de esa fecha.

El otro día mi amigo Boris escribió sobre la muerte, él no ha vivido nada cercano a ella.
Yo siempre la vi tan lejana.
Recuerdo que el abuelo de Ale murió hace años, yo lo conocía, recuerdo que una vez contestó el teléfono y me dijo "¡Ya hablaron suficiente!" y me colgó, estaba todos los días en su casa. Recuerdo haber ido al velorio y hasta haber tratado de hacer chistes o algo, y después de esa fecha asumir que ella estaba bien.
O a comienzos de este año murió el abuelo de otra amiga, cercana y de nuevo yo con mis comentarios fuera de lugar o pensando que ella ya está bien.
Fue con un mes de diferencia con respecto a la tuya.
Y poco a poco descubro que no necesariamente estaba bien cuando yo asumí que sí.
Cuando se cumplió un mes de tu muerte, me di cuenta de que ella no debe haber estado bien un mes después, cuando se cumplieron 2, lo mismo, 3 y así sucesivamente.
(Necesitamos hablar pero esta vez yo quedarme callada)
No es cuestión de que esté todo bien de un día para otro o de un mes al otro.
Es RARO.
Nunca te vas en verdad.

Siento que lees esto y por eso te escribo, siento que de algún modo sabes que te escribo y lo lees siempre y dices "ah, sí, sí" o escuchas las canciones que pongo, que entiendes o que nunca te vas.
Claro que si me dicen que seguramente lo lees, lloro.
Tus blusas son mi prenda favorita.
En una dejaste un kleenex doblado, lo encontré ¿qué? ¿20 años después? y estaba en buen estado, sigue en el bolsillo y a veces lo saco solo para verlo porque tú lo doblaste y lo pusiste ahí.
Cada cosa es una pequeña cápsula del tiempo y tiene algo de ti.

Pero la verdad es que ya no estás.
No existe un solo lugar en el universo en el que sigas viva, un estado en el tiempo ni nada.
Solo quedan recuerdos.

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