domingo, 6 de septiembre de 2009

Carta a C.

Tengo que confesarte algo. Te has acercado demasiado y ahora siento el impulso de alejarte. Estas últimas dos semanas hemos desarrollado demasiada confianza y me encanta(ba). Me encanta cómo me tomas la mano cuando lo necesito, cómo me abrazas cuando lo insinúo, cómo me besas la frente para despedirte. Me haces sentir tan especial.
Pero estos días he estado pensando en que estás demasiado cerca. Sabes que uso como una armadura que siempre me protege de cualquier tipo de dolor. Te he contado un sinnúmero de veces todos mis problemas con respecto a eso, cómo he querido dejar entrar a ese chico y quise amarlo, pero no podía dejar que se acerque demasiado. Te conté sobre cómo terminó todo.
Ahora, te escribo porque te quiero alejar y me he dado cuenta de esto, no debería hacerlo. No está bien alejarte.
Una de las razones por las que pude desarrollar tanta confianza en ti es porque siempre supe que no te ibas a fijar en mi como más que una amiga. Mi más grande miedo es que un amigo me diga que le gusto, eso significaría perderlo porque nunca podría devolverle ese amor, no de esa manera. Pero sé que tú tienes a alguien más.
¿Entonces por qué sigue presente ese miedo?
Puede sonar demasiado narcisista, egocéntrico: "Tengo miedo de gustarte." Mas no lo hago con esa intención. Mi cerebro considera posible esa opción y quiere correr.
Quizás porque me dijiste que también tenías dudas o no lo sé. Quizás es porque la gente ha dicho tanto que debemos estar juntos que me da miedo que lo puedas llegar a considerar.
Tengo miedo.
Miedo de que ahora cada vez te necesito más. De que tus abrazos se han vuelto indispensables para que pueda seguir adelante. Miedo de estar echando raíces.
"Las flores tienen raíces, la luz no tiene patria."
Se supone que soy como un haz de luz. Tú debes pensar eso de mí.
Pero creo que estoy echando raíces contigo, me estoy apegando demasiado a esta amistad, volviéndome algo dependiente y eso complicaría todo. No sé si complicar, pero si algo he aprendido es no unirme demasiado a la gente porque siempre te dejan. Es algo pesimista, pero así pasa. Ahora me uno demasiado a tí y mi cerebro dice que me separe antes de que sea demasiado tarde.
Sólo escribí todo esto porque no quiero que pienses que ya no te quiero si no te hablo tanto o si estoy rara. Sabes que te amo. Pero mi cerebro siempre le gana a mi corazón y eso también lo sabes. No trato de excusarme, sólo quiero que no olvides que te amo. No debería correr de una amistad, pero no quiero echar raíces. No debo huir, debo crecer. Debo aceptar que estoy cambiando. Debo aceptar los cambios.
Sólo sé que tengo miedo. Estoy aterrada. Quiero correr.

5 comentarios:

Rocio dijo...

Sweet : D te entiendo... Yo tb he sentido algo asi antes. Me gustó, me mandaras una carta? Jaja

azul. dijo...

en eso estoy totalmente de acuerdo: a un sillón

M. dijo...

corriendo y corriendo sin parar, asi estoy, cada vez más y más lejos y lo sé y no hago nada al respecto

Mentalista dijo...

de acuerdo.. esto si se a quien es... creoooo :/...diselo en eprsonaaa!!!!!! debes hacerlo!!!!!

M. dijo...

jaja no, no sabes quien es.