martes, 17 de agosto de 2010

Caí

Caí, caí una y otra vez para tu diversión.

O fascinación, lo que sea.
Caí, hice el ridículo por ti.


Y no me habría dado cuenta sola, porque no pensaba que pudieras conocerme tanto.

No pensé que podrías saber exactamente cómo reaccionaría siempre.
Pero tengo que reconocerlo, me descifraste hace tiempo.
Eso me asustaba, me daba ganas de esconderme más, pero no puedo esconderme de ti.
Tú sabes cómo reaccionaré siempre.
Y te encanta.
Y haces que reaccione como quieres, todo porque te gusta tal o cual reacción.



No puedo creer que me conozcas tanto.

Caí una y otra vez, ya no quiero caer así.
Porque me sentía idiota extrañándote tanto, sin saber que justamente querías que sienta eso.

Sí sabes ah.


Sí sabes...

Y no me gusta saber que puedes tener el control de esa manera, pero no puedo y no quiero alejarme de ti.

Y no lo haré.
Raro porque siempre corro, pero de ti no quiero correr.

Raro, raro.



Tú te diste cuenta de que corría de ti y te prometí que no lo haría.
Pero no lo hago por lo que prometí, sino porque te quiero en mi vida, demasiado.

No hay comentarios: