You better run for your life

"No sé- respondió finalmente-. También querría huir ahora"

Corre. Corre porque yo ya corrí y estoy muy lejos, pero tengo tendencias a regresar. Corre tú porque así sería definitivo.

Yo, siendo conocida por no tener sentimientos, tengo mucha facilidad para desprenderme de las ilusiones, es más, ya lo hice.
Cada mensaje, cada llamada, era como un abrazo fuerte del que luchaba con todas mis fuerzas para liberarme, en vez de pasar mis brazos por tu espalda. Así soy y eso hago siempre.
Que me dijeras abiertamente que querías conocerme más, le dio a mi cerebro motivo suficiente para pensar en cómo bloquearte.

El viernes fue un día que no olvidaré, en el que tuve que medir los daños, calcular las probabilidades, los riesgos y decidí que no podía ser. Hacerlo sería comprometer algo que amo, quizás arriesgarlo y no vale la pena.

Ese día reí, lloré, grité, tuve tantas emociones en tan poco tiempo que no sabía cómo expresarlas todas pero de algún modo lo hice y me di cuenta del daño que causo de casualidad. Aunque en realidad si lo sepa, nunca sé la profundidad.

En fin, no puede ser.

Ese día terminé transtornada pero con una idea clara de lo que debía hacer, yo buscaba una excusa y la conseguí. Debía huir.
Al día siguiente no era yo. Tenía que verte y no quería afrontarte. Por eso me fui al skatepark. Huí al único lugar donde no dependo de nadie.

Ese día, llendo a la casa de Rocío, pasé frente a un carro que casi me atropella, a propósito, aún no sé muy bien por qué. Quizás por la adrenalina, porque quería desaparecer o no sé. Me fui y sólo quería tomar riesgos porque no tomaría un riesgo contigo, es que no podía ser. No podría sacrificar la felicidad de un amigo por algo que podría o no hacerme feliz. Arriesgar un todo por algo incierto no tiene sentido. No para mí.

Pensé en tirarme de las rampas más altas pero no me dejaron, no me dejé. De nuevo me acobardé.

No lo sé. No le puedo hacer eso. Lo siento.
Aún estoy a tiempo de detenerlo todo, aún es temprano.
Seamos amigos.

Eso es todo.