martes, 9 de agosto de 2022

Mudarme

 Mudarme ha removido más cosas de las que esperaba.

Te dije para dejar de hablar por completo hace dos semanas.

Y de alguna manera se siente como si las decisiones adultas que tomo fueran para ti.

Ahora me esfuerzo por mantener la cama limpia, no dejo que Tito suba, solo al final del día para dormir. Le limpio las patas después de la calle y le pongo ropa para salir para que no se ensucie. Trabajo en mi escritorio, y no mi cama, para hacer bien la división entre ambas cosas. Acabo de recordar que al final me dijiste que no te gustaba que trabaje en la cama porque no podías echarte a descansar. No uso la ropa de calle en la cama, qué asco que algo que estuvo afuera toque las sábanas.

Pienso en que todas estas son cosas que dijiste, e ignoré. No entendí.

No entiendo quién fui y cómo ignoré todas estas cosas. Y solo después de perderte les di valor y decidí no volver a hacerlas, porque nunca quisiera perderte de nuevo.

Pero ya no estás.

Las hago ahora como si fueran retroactivas, como si mi yo del pasado pudiera no ignorarte.

Lamento tanto no haberte escuchado, no haberte entendido, tomar por sentado que siempre ibas a estar feliz de estar conmigo. 

Te cansaste de no ser escuchada.

Y yo te quería, se supone que te quería, pero fui egoísta. Y ni siquiera era solo por ti, estas cosas también eran buenas para mí. No supe ser adulta en ese momento, fui niña.

Y ya, ya está hecho.

Estoy echada en mi cama nueva de dos plazas, sobre una manta, no sobre la cubre cama, con Tito a mi lado, sobre la misma manta. Es el primer día en el que no tengo que trabajar y me echo a leer.

Dos plazas son suficientes para una persona, pero no dos. Debimos tener más espacio.

Estaba acostumbrada a una cama de este tamaño desde los 11 años.

¿Cómo habría sido suficiente para dos y medio?

En fin, nada habría sido suficiente, siempre habríamos terminado, siempre te habrías cansado, solo habrías durado más.

Yo no estaba creciendo ni haciéndome cargo como recién lo hago ahora.

Me gusta estar sola. Casi no Hablo en voz alta.

En fin.

He pensado mucho en ti estos días, en cómo soy buena roommate. En cómo ahora barro, limpio y riego las plantas.

Pero no te gustaba vivir conmigo.

Y debes estar conociendo a otras chicas, siguiendo adelante, siguiendo. Y a veces quisiera hacer eso. Pero una parte de mí todavía espera que voltees y me recojas, como si estuviera parada en la calle esperándote. Como si toda esta vida nueva fuera solo una pausa y fueras a pasar por mí.

Sé que debe haber un amor en el mundo que me busca, que me quiere, alguien que sueña con pasar una vida con alguien como yo.

Alguien que comparte mis sueños y metas. Solo es difícil de imaginar porque no lx conozco.

Solo puedo seguir avanzando y tratar de no pensar en que vas a querer a alguien más.

Espero que seas realmente feliz.

Si puedes encontrar eso con otra persona, quiere decir que no eras para mí y yo no era para ti.

Y debe haber otra persona para mí en algún lugar.

El amor que quiero me va a encontrar.

Sigo pensando que eres tú, pero quizás es porque me cuesta imaginar que existe algo mejor.

No hay comentarios: