domingo, 5 de septiembre de 2010

El otro día estaba con Marian y con Rocio, nisiquiera recuerdo qué día fue.
Y las vi y sentí que las quería demasiado.
Y de repente me di cuenta de que morirían, eventualmente.

En ese momento tuve ganas de no sé, no de morir, suena demasiado dramático.
Pero darme cuenta de que un día ellas no estarían fue horrible.
La vida es demasiado frágil.

Se murió el perro de una amiga y me dijeron que ella se deprimió horrible, en verdad lo entiendo.
De hecho puedes querer mucho a tu perro.
Mi mamá dice que no me compra uno porque moriría.
En ese caso, mejor que no me de familia, ¿no?

Todos nos vamos a morir.

Estaba pensando en Ana Lucía, la mejor amiga de Alexia, y me da mucha pena que tenga que vivir esto.
Porque yo pienso que morirán mis amigas y me siento horrible, tengo ganas de impedirlo.
Y a ella sí se le murió su mejor amiga, de la nada y súper rápido.

Mal·di·to cán·cer.
Y lo sabes.

Te juro que si se muere alguien muy cercano a mí (de tu level) este año, no podría aguantarlo.

Ayer estaba hablando de ti y de repente se me fue el aire.
Hace meses que no me pasaba eso.
De repente no podía respirar y me tuve que sentar y quería hablar pero no podía porque me faltaba aire, fue rarísimo.


Me acuerdo que Maryel me hablaba de Alexia con un amor infinito, con una ternura, era hermoso.
Debe haber sido demasiado difícil perderla, tenía 17, vivía lo mismo que yo y se fue rapidísimo.
Es tan duro.

Era como una semana mayor que yo.
¿Te imaginas que me hubiera dado ese cáncer?

La vida es demasiado frágil.
Todo esto surgió porque recordé que le dije a Sebas que yo me moriría y él se quedaría cantando "Cut here", porque nunca nos vemos.

Y no se lo digo en broma, en verdad siento que en cualquier momento voy a morir.
No debería pensar en eso tanto, pero pienso en ti y es inevitable, ver cómo te fuiste tan rápido.
Cómo Alexia también se fue así, de la nada.


No quiero irme sin ver a Sebastián ni a Shadia una última vez, decirles lo mucho que los quiero.
Es raro tenerlos tan cerca y no poder hacerlo, tengo que entender lo del horario, yo también desaparecí esos meses.

Pero en verdad siento que ya me voy.

Y no me quiero ir sin verlos.

No debería hablar de esto, no debería pensar que moriré tan joven, debería pensar en una vida larga y feliz.

Quiero pensar en eso, pero quiero estar preparada.
Y no puedo estar tranquila sin verlos antes, supongo que por eso me impaciento tanto con respecto a ellos.
Tengo que verlos antes y decirles en verdad lo importantes que son.


Ala tía, no lo sé.
La vida es rara y frágil.

Y siento que la estoy dejando.
Las cosas ya no me apasionan como antes.
Sólo algunas, por eso las debo hacer más.
Tengo que aferrarme a este mundo mientras pueda, es lo único que conozco.
Lo único de lo que puedo tener algo de certeza.
Cada vez me cuesta más crear algo.
Cada vez analizo más todo.
Cada vez me cuesta más estar en paz.

Tía, se volvió muy difícil sólo existir.
Ese simple hecho, sin ti se volvió en una gran carga.
Porque siento que no debo estar aquí, a la vez siento que quiero estar contigo y que estés y tantas cosas dejaron de tener sentido.

Todo se puso tan raro de repente.

Ese 20 de marzo me cambió para siempre, todos mis 20s, todos los días.
Las relaciones con la familia y mis amigos.
Nadie quiere oírte hablar de un muerto ni de todo esto.
Es deprimente.
No me quiero volver en una persona tan oscura.
Y me lleno de colores pero a veces la oscuridad vuelve a tragarse todo.

Eso aleja a la gente tía, lo sé.
Ya nisiquiera me preocupo por tenerlos cerca, a veces.
Sólo lo noto cuando están lejos.
Y sé que están lejos porque nadie quiere hablar con alguien que se obsesiona con un muerto.

Esta vida es rara, pero debo reconocer que cada vez es menos difícil.
Lo notarás porque escribo menos, aunque no pienso menos en ti.
Pero ya no uso tu medallita.
Y ahora te lloro menos seguido.
El tiempo no trae respuestas, pero los problemas se van solucionando.

Sólo me gustaría saber por qué mi papá actúa tan normal.
Eras su hermana y sólo lo vi mal cuando te fuiste.
Se recompuso rapidísimo, mi mamá también.
Quizás no quieren ser débiles frente a mí.
Pero los veo tan secos.
En fin, cada uno a su manera.
Cada uno a su manera...


Yo, seguiré escribiendo de vez en cuando, cuando nazca.

Nos vemos.


1 comentario:

M. dijo...

Es como si cada vez que hablara de esto con alguien les estuviera abriendo una puerta para que entren, pero obviamente nadie quiere entrar a hablar de esto.

¿Y si necesito hablar?