Hace casi un año no escribo aquí, te he estado hablando en otros lados.
Hoy fui a un evento en la zona empresarial de San Isidro y no pude evitar esa sensación de que regresaría a casa, contigo.
Supongo que es porque dejé de ir a la oficina hace 3 años y ya nunca me visto así, y mi cerebro había creado los caminos neuronales en los cuales esta ropa y esta zona equivalen a estar contigo, la vida que tuvimos.
Es una locura pensar que ya pasó tanto tiempo. Otra vida.
Pensé en que habría regresado a casa y habrías estado en tu compu. O te habrías ofrecido a traerme.
Pero también pensé en que te habría exigido que lo hagas y me habría molestado si hubieras dicho que estabas cansada o algo. Me da pena pensar en cómo me aproveché de tu bondad y cómo debe haber dejado de ser un espacio seguro para ti. Cómo comencé a exigir y esperar en vez de apreciar.
Sé que no me habría hecho la adulta que soy a tu lado. Y que probablemente ahora estés con alguien que aprecia tus detalles y no te hace sentir que es tu deber estar al servicio.
Sé que es correcto que haya sido así.
Solo lo siento por haber sido tan egoísta.
Me encantaba nuestra vida. Volver a casa y que fuera contigo.
Pero ahora vuelvo a casa con Tito. A ordenar, tender la cama. Hacerme cargo de mí. Seguir trabajando. Poner mis horas y cumplirlas. Ser responsable, no ser egoísta.
Tantas maneras en las que día a día me esfuerzo por ser mejor.
Sé que encontraste un nuevo amor y espero que sepa cuidar tu corazón, y que tú lo cuides también.
Yo sigo construyendo y espero encontrar un gran amor con quien pueda construir una vida.
Mientras tanto, un saludo a mi vida antigua. Hoy pensé en ella.